Los datos del IOAE y del IGAE confirman un deterioro sostenido de la actividad económica desde diciembre de 2024. Con tres meses consecutivos de contracción o estancamiento, y un desplome en enero, México cumple ya las condiciones para considerar que ha entrado en recesión técnica.
Mexconomy - El Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE), uno de los referentes más oportunos para seguir el pulso de la economía mexicana, muestra una trayectoria preocupante en el arranque de 2025. Las estimaciones del Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE), publicadas por el INEGI, revelan un patrón claro: el país acumula al menos tres meses de caída o estancamiento, lo que permite hablar con precisión de una recesión técnica.
Todo comenzó con un fuerte retroceso en diciembre de 2024. Las actividades primarias, golpeadas por factores climáticos y logísticos, cayeron 2.0 % mensual y 8.0 % anual. Las actividades secundarias —principalmente industriales— retrocedieron 1.4 % en el mes y 2.4 % en el año. Incluso el sector de los servicios, que había mostrado cierta resiliencia, terminó con una caída mensual de 0.8 %, a pesar de mantener un modesto crecimiento anual de 0.8 %.
El siguiente golpe llegó en enero de 2025. De acuerdo con el IOAE, el indicador cayó de 0.77 en diciembre a 0.61 en enero, lo que implica una contracción mensual de aproximadamente 20.8 %. Este desplome sin precedentes en los registros recientes apuntala la idea de una desaceleración estructural.
En febrero, el IOAE estimó un ligero repunte mensual del IGAE (1.1 %), pero insuficiente para revertir las caídas acumuladas. En términos anuales, la economía siguió en terreno negativo con una variación de -0.2 %. El repunte en las actividades secundarias y terciarias fue más técnico que real, sin consolidación.
Finalmente, marzo cerró con estancamiento. Según la publicación más reciente del IOAE (boletín 188/25 del 22 de abril), el IGAE no presentó crecimiento mensual (0.0 %) y continuó con una caída anual de -0.2 %. Las actividades secundarias no crecieron, y los servicios —clave para la economía nacional— retrocedieron 0.1 % en términos mensuales.
Con este panorama, México registra una combinación de caída en diciembre, desplome en enero, leve repunte en febrero y estancamiento en marzo. A esto se suma una serie de variaciones anuales negativas, que no sólo reflejan una desaceleración, sino una contracción sostenida.
En términos técnicos, y conforme a la definición más común —dos trimestres o al menos dos meses consecutivos de contracción o nulo crecimiento económico—, México ha entrado en recesión técnica. No se trata de un diagnóstico alarmista, sino de una interpretación basada en evidencia estadística robusta y publicada por el propio INEGI.
Lo que sigue dependerá de varios factores: las respuestas de política económica, el comportamiento del consumo interno, la dinámica de exportaciones y el entorno financiero global. Pero lo cierto es que el país inicia el segundo trimestre de 2025 con una economía que no logra recuperar el dinamismo perdido.
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