¿Dónde quedó el crecimiento económico? Parece que se fue con el "periodo neoliberal", ahuyentado por las reformas de la Cuarta Transformación basada en lo que han denominado como "humanismo mexicano" y que la presidenta Claudia Sheinbaum repite en sus arengas políticas.

Mexconomy - Lo cierto es que el Producto Interno Bruto (PIB) de México atraviesa un momento de incertidumbre y debilitamiento. En los últimos trimestres, la economía ha experimentado un crecimiento errático, con repentinas caídas y tímidos repuntes, lo que refleja la fragilidad estructural que enfrenta el país. Si bien algunos sectores logran mantenerse a flote, otros luchan por encontrar el rumbo.

¿Se agotó el modelo de la economía moral de la 4T, si es que alguna vez existió? ¿Solo fue una ocurrencia, como tantas otras?

Revisemos: el retroceso trimestral del PIB refleja una clara desaceleración en el dinamismo económico, sugiriendo que el crecimiento sostenido está cada vez más distante. La combinación de factores estructurales y coyunturales parece haber frenado el desarrollo, exponiendo las debilidades del modelo económico actual.

En un análisis más detallado de los datos, destaca el comportamiento errático del PIB en los últimos años. En 2020, la economía vivió un golpe severo con una caída del 1.8% en el segundo trimestre, para repuntar con un crecimiento del 5.1% en el tercero. Sin embargo, la tendencia reciente revela un agotamiento de ese impulso económico, reflejándose en los datos actualizados por el INEGI: la economía se mantiene en una fase de crecimiento lento, con fluctuaciones que no logran consolidar una tendencia positiva sostenida.

Tres sectores fundamentales han evidenciado su vulnerabilidad en este contexto de desaceleración:

  • Actividades Primarias: El sector agropecuario y de recursos naturales es uno de los más afectados. La caída del 8.9% trimestral y del 4.6% anual en la producción primaria es alarmante. Factores como el abandono gubernamental, los fenómenos climáticos, la baja inversión y la crisis en la producción agropecuaria parecen haber golpeado con fuerza a un sector que tradicionalmente ha sido pilar de la economía mexicana. Esto pone en evidencia la falta de una estrategia sólida para garantizar la estabilidad de esta área clave, más allá de las rimas discursivas como esa de que "sin maíz no hay país" y tantas otras expresiones que solo sirven para que las masas morenistas agiten las matracas.
  • Actividades Secundarias: La industria y la construcción también están sufriendo los embates de un contexto gubernamental desfavorable. El descenso del 1.2% trimestral y del 1.7% anual en las actividades secundarias es reflejo de la caída en la demanda y de la inversión en un entorno cada vez más incierto. La manufactura mexicana parece perder competitividad, mientras que la construcción no logra repuntar como motor de desarrollo.
  • Actividades Terciarias: A pesar de las dificultades en otros sectores, los servicios siguen siendo el sostén de la economía. Con un tímido avance del 0.2% en el último trimestre, pero con un sólido crecimiento del 2.2% anual, este sector parece resistir la desaceleración. Sin embargo, los datos sugieren que el consumo privado pierde fuerza, lo que podría ser un indicio de que, incluso en el ámbito de los servicios, el crecimiento está comenzando a mostrar signos de agotamiento.

Corregir ya, aunque tarde

Los precios corrientes son la siguiente variable a reventar, junto con la caída en la recaudación y el empleo. México atraviesa un periodo de vulnerabilidad económica. El PIB muestra una tendencia decreciente, y los sectores productivos (primario sobre todo) se encuentran a la puerta de una crisis. Si bien los servicios siguen siendo una fuente de crecimiento, el consumo privado empieza a ceder terreno, lo que genera incertidumbre sobre la sostenibilidad a largo plazo.

Para evitar que la economía siga perdiendo impulso, es urgente repensar las políticas públicas y fomentar una mayor inversión privada en sectores como la manufactura, la construcción y la agricultura. Si las políticas de inversión pública siguen apostando por la opacidad, el ejército como constructor y proyectos de nula rentabilidad, el país va a tomar un descenso prolongado que, si se quiere rescatar con gasto público, solo propiciará una recesión con inflación.

¡Despierten a la presidenta Claudia Sheinbaum, la economía se le está yendo de las manos!